25.1.06

El amor en las terminales

Tengo el vicio de enamorarme
de señoritas de provincia
que se despiden del mundo en estaciones terminales
y nunca más vuelven a mi vida.
El amor termina cuando las pierdo de vista
cuando se esconden en butacas de trenes
o se alejan entre la gente
caminando
con esa escasa elegancia provinciana.
Por lo general tienen caderas anchas
y se hunden en el futuro de alguien
que no soy yo
que las acompaña en larguísimos domingos
en años de sol y sombra de provincia.
Pero antes de todo eso
ahora
están sosteniendo sus valijas
en estaciones terminales
abrumadas por el destino
y por las posibilidades
y por quienes las observamos
detenidamente
hasta enamorarnos.